viernes, 2 de diciembre de 2011

Aborto

La problemática del embarazo precoz y sus consecuencias, entre las cuales el aborto tiene un sitio especial, se ha tornado mucho más compleja y evidente en los últimos años, las razones son obvias, e incluyen aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Dentro de los biológicos se encuentra la creciente tendencia en ambos sexos a la aparición del desarrollo puberal a edades cada vez más tempranas, lo cual incrementa el período en el cual las y los adolescentes son biológicamente fértiles, pero no poseen ni el desarrollo psicológico ni social adecuado para enfrentar estas responsabilidades, de esta forma se hace más amplio el período de vulnerabilidad para la ocurrencia de embarazos no deseados ni previstos, pues como es conocido, en el mundo actual competitivo y globalizado los adolescentes y jóvenes precisan de prolongar cada vez más el período de instrucción, y por tanto de dependencia económica de sus padres, para poder aspirar a insertarse con éxito en un mercado laboral cada vez más demandante.
Es por todos aceptado que las y los adolescentes llegan a ser fértiles unos 4 ó 5 años antes de ser emocionalmente maduros. Ahora bien, no resulta fácil definir en qué momento los y las adolescentes están en capacidad biológica para fecundar, primero que todo, porque no todas las adolescentes menstrúan a la misma edad, se considera que una adolescente tiene la capacidad potencial de embarazarse a partir de que tenga su primera menstruación (menarquia), aunque se han dado casos raros, en que adolescentes se han embarazado sin haber tenido nunca menstruaciones previas. En el caso de los varones esto es algo aún más complejo, pues está comprobado que las primeras eyaculaciones casi nunca contienen espermatozoides con capacidad real de fecundar, no existe un evento o parámetro capaz de definir con certeza esta potencialidad.
Es difícil de conocer con exactitud la problemática real de los abortos en la adolescencia en nuestra región, ya que en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños este proceder es ilegal o tiene serias restricciones, por lo que se realizan gran cantidad de abortos ilegales que dificultan una recolección fidedigna de estos datos. Sólo Cuba, Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos cuentan con estadísticas confiables, ya que el aborto es un proceder no penalizado. Pese a las prohibiciones, en América Latina se estiman en varios millones el número de mujeres que abortan ilegalmente cada año, no hay forma de medir exactamente la prevalecía del aborto ilegal, y mucho menos conocer qué proporción de estos tienen lugar en adolescentes.
En los países de Latinoamérica se estima que la proporción total de las adolescentes que abortan es igual a la proporción de las que tienen hijos. En Cuba uno de cada cuatro abortos tiene lugar en mujeres menores de 20 años, proporción similar a la de todos los nacimientos vivos que ocurren entre las adolescentes. En Brasil, Colombia y Perú se reporta que una de cada 10 mujeres que ingresan con una complicación de aborto ilegal son adolescentes, en comparación, uno de cada 7 nacimientos se producen en madres adolescentes. Estudios estadísticos tomando en cuenta datos indirectos consideran que en Latinoamérica se producen cada año alrededor de un millón de abortos en mujeres menores de 20 años.
Podemos afirmar que el fenómeno aborto ha transcendido los marcos de la salud pública para convertirse en polémica social, en la cual participan además de los proveedores de salud, instituciones religiosas, parlamentos, líderes políticos y grupos sociales, que escenifican protestas públicas, promueven foros internacionales, elaboran documentos y diversas publicaciones, tanto a favor como en contra del mismo. Por todo ello, se ha convertido en uno de los temas más delicados de la ética médica actual.

ABORTO EN ADOLESCENTES

La práctica del aborto provocado ha sido utilizada por el hombre para el control de la natalidad desde épocas remotas. Se conoce su utilización desde hace más de 5 mil años. Se han aplicado técnicas diferentes de aborto en distintas regiones del planeta, pero aún las utilizadas en la actualidad, son sumamente agresivas.
En nuestro país se conoce el uso del aborto provocado desde principios del siglo XIX. Su práctica fue ilícita hasta la década del 60, cuando se comenzó a hacer una interpretación más flexible del Artículo 433 del Código de Defensa Social existente, que dice: “Queda exenta de responsabilidad criminal la práctica del aborto realizada por la necesidad de salvar la vida de la madre o evitar un gran daño a la salud de la misma”.  Desde ese momento se institucionalizó el aborto y se garantizó que se realizara en hospitales con condiciones adecuadas y con el personal bien calificado, lo que motivó la disminución de las complicaciones; además, se logró por primera vez que la recolección de la información de abortos fuera confiable.
Es conocido además que en Cuba el aborto provocado es más frecuente en las edades jóvenes, por la poca preparación psicológica, social y biológica que tiene la mujer para enfrentar el nacimiento de un niño. El aborto provocado es utilizado en otros grupos sociales tales como mujeres con bajo nivel de escolaridad, que no tienen pareja estable o que no poseen condiciones apropiadas de vivienda, como método de control de la natalidad; en muchas ocasiones, porque no conocen o no usan los métodos anticonceptivos existentes, a pesar de ser técnicas difundidas desde épocas inmemoriales y que se han desarrollado tecnológicamente a través del tiempo.
Existen factores que inducen a que un embarazo concluya en un aborto provocado, sobre todo en la adolescencia, lo que motivó a realizar el presente trabajo para identificar los factores sociodemográficos; nivel de información y grado de conocimiento de la adolescente que influyó en el aborto provocado.

viernes, 25 de noviembre de 2011

BIENVENIDOS

Hola amigos soy Lina Maria quiero compartir con ustedes mis conceptos sobre este tema social que me parece importantisimo como estudiante de promocion social y que esta destruyendo la adolescencia por no estar preparada o bien enterada sobre la sexualidad.